Paisaje
Olmeda de las Fuentes se ubica en plena Alcarria Madrileña. Un entorno privilegiado, rodeado de naturaleza virgen con una gran riqueza paisajística, y que apenas ha variado en el último siglo.
El paisaje de Olmeda, junto con el de Pezuela de las Torres y el de Ambite, constituyen la porción de Alcarria virgen de la Comunidad de Madrid. Este tipo de paisaje, extenso en la provincia de Guadalajara y también presente en la de Cuenca, forma parte de la gran unidad manchega, perteneciente a la Comunidad de Castilla La Mancha.
La zona de Alcarria madrileña supone un patrimonio para la Comunidad de Madrid, incrementando su riqueza paisajística, pero de extensión limitada. Por tanto, tiene el carácter de bien escaso y alta representatividad en el conjunto de la Comunidad de Madrid. Su principal activo, desde este punto de vista, es el mantenimiento de la fisonomía de territorio no urbano, que mantiene el carácter rural en gran parte de su territorio.
Todo el término municipal se sitúa en la cuenca del Río Tajuña y la mayor parte de él vierte al Arroyo de la Vega, marcando el límite occidental del municipio.
Los rasgos que destacan a primera vista son los amplios páramos y los valles esculpidos por ríos y arroyos que interrumpen aquellos. Más en detalle, los páramos constituyen un espacio abierto, marcado por los aprovechamientos cerealistas y el monte de encina y coscoja, de una aridez evidente y de una particular hermosura. Los valles por los que discurren los arroyos aportan el contraste de frescor, humedad y verdor en las estaciones húmedas, en donde se desarrolla un ambiente marcado por arboledas y cultivos de regadío o de suelos más ricos en agua.
Los fondos de los valles excavados por los arroyos han ido acumulando, a lo largo de los años, parte de los materiales arrastrados por las aguas, generando suelos fértiles y profundos. Estas vegas dan soporte a cubiertas vegetales, de cultivo o naturales. Las calizas de los páramos albergan un acuífero discontinuo alojado en fisuras y grietas que, en contacto con otros materiales impermeables puede dar lugar a la aparición de manantiales.
Los abundantes restos históricos y arqueológicos de los alrededores, como el Puente romano en Carabaña, Calzada romana en Titulcia junto al Tajuña, entre otros, hacen suponer que los cursos de agua jugaron un importante papel a lo largo de la historia.
Cuando las calizas del páramo han sido cortadas por la erosión, como ocurre en los valles excavados por los arroyos, forman unos bordes escarpados muy característicos por los resaltes que producen en el paisaje. Esta formación calcárea ocupa actualmente posiciones colgadas, culminando cerros y páramos. Estos rasgos son similares a los de amplias zonas de la provincia de Guadalajara, con las que comparte el paisaje conocido como “alcarrias”
Todas estas unidades de paisaje conforman una diversidad de ambientes que propicia en su conjunto una elevada biodiversidad concentrada en poco espacio.
Otro componente valioso es la presencia de pequeñas elevaciones en la paramera (“oteros”) que aportan puntos panorámicos de gran valor, por el amplísimo campo visual que permiten en 360º a la redonda.
Se valora muy especialmente las características del cielo de esta porción de la Comunidad de Madrid, uno de los pocos enclaves donde la ausencia de contaminación lumínica permite la observación de los astros a simple vista y con aparatos sencillos. La calidad del cielo, en este caso, forma parte de la especificidad del paisaje de Olmeda de las Fuentes.
Respecto a la climatología, se diferencian dos estaciones muy contrastadas: los meses de invierno, con temperaturas entre los 4 y 6ºC de media y con precipitaciones moderadas. Y los meses de julio y agosto, con temperaturas de 25 y 26º C de media. El mes de noviembre es el más lluvioso, con otro grupo de meses húmedos entre enero y abril. El período de ocurrencia de heladas se encuentra entre noviembre y mayo, en donde las precipitaciones medias son de 400 y 500 mm/año. Todas estas características sitúan a Olmeda en el piso climático mesomediterráneo.