FRANCISCO SAN JOSÉ

Nació en Madrid en 1919, en el seno de una familia acomodada. Fue introducido en el mundo de la pintura por su tío, el escritor y pintor clasicista Diego San José. Desde niño ya tenía una gran afición por la pintura y la acuarela, acompañada de la necesidad de retratar todo lo que le rodeaba.

En 1931 entró en la Escuela Superior de Comercio, que concluyó en 1937, en plena Guerra Civil y que alternaba junto a sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios artísticos, en donde logro numerosas menciones honoríficas.  "Eugenio Varela mi inmediato profesor que se escandalizaba de mis libertades en arte, asegurándome que por mi rebeldía no podría ser un buen pintor nunca, pero si por mi afición y por mi incansable voluntad de trabajo. Para consolarme decía que como el mundo está cada vez más loco podía aspirar a un buen puesto secundario"

También aprendió dorado y restauración de la mano de Rafael Lafont, restaurador de La Casa Real

Animado por Luis García Ochoa entró en 1937 en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid como alumno de Daniel Vázquez Díaz, quien le descubrió las vanguardias pictóricas. "Despertó en mí un ansia voraz por conocer todo o nuevo y anticanonico. Comprendí que cada tiempo y lugar tiene su poesía y su pintura. Que el arte no se pude uniformar porque es producto del hombre, sociedad e historia. Estos tres factores al menos los dos últimos son irreversibles, no se reproducen de igual modo dos veces, jamás. Sólo el hombre se unifica y uniforma y no ha logrado mejor modo de hacerlo que con su más sublime invención: La Geometría. Lo geométrico es la constante permanente en todas las artes, constantes sutilmente guardada muchas veces, sobretodo en pintura, por concesiones a la forma exterior" Allí conoció a Álvaro Delgado, Cirilo Martínez Novillo, Gregorio del Olmo, y a Carlos Pascual de Lara, con quienes estuvo muy ligado durante años. 

Tras la Guerra civil española, recuperó la relación con el grupo de alumnos de Vázquez Díaz, que encontraron temporalmente en Benjamín Palencia un guía. Junto a el constituyeron la segunda Escuela de Vallecas "Había que dar la batalla total, contra académicos y contra impresionistas" Tras la crisis y las dificultades de reunión que acabaron mermando al reducido grupo el único que quedaba en la escuela junto a Benjamín Palencia era San José. Rafael Zabaleta que estaba en un proyecto similar de renovación estética les visitaba con frecuencia.  El será quien le presente en 1943 a la pintora Pilar Aranda, su compañera y futura esposa. Pilar y San José se casarón en mayo de 1956, y en agosto de ese mismo año se trasladan a Venezuela.

En Caracas "la ciudad de la eterna primavera", tras algunas apreturas y muchos trabajos circunstanciales, crearon la "Escuela del Bosque" (cantera de jóvenes generaciones de pintores venezolanos)

En 1970, decidieron regresar a España, instalándose en Madrid y pasando largas temporadas en Olmeda, en donde tenía residencia desde 1964, año en el que llegaron por primera vez con Álvaro Delgado. En su regreso recupera su pasión por el paisaje castellano.

Muere en Madrid, al final del verano de 1981.

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