EUGENIO FERNÁNDEZ GRANELL
Eugenio Granell nació en A Coruña en 1912. Desde niño siempre dibujó y pintó "Yo nací surrealista, de niño dibujaba arquitectura y castillos fantásticos y cuando conocí a los surrealistas supe que yo ya había hecho aquello antes" Granell estudió violín en la Escuela Superior de Música del Real Conservatorio de Madrid.
Después de la Guerra Civil (1936-1939) y tras la derrota del bando republicano antifascista se exilió a París, en donde conoció a Benjamín Peret y Wilfredo Lam.
La comisaria de Exposiciones y directora de la Casa de la Parra, Pilar Corredoira, aporta a su biografía una anécdota que explica las extremas necesidades del artista: “Daba clases de música y diseñaba muebles”
Recibió asilo en Santo Domingo, donde llego a formar parte de la Orquesta Sinfónica como primer violín. Sus conocimientos musicales aumentaron su amistad con Enrique Casal Chapí, que fue el primer director de la Orquesta Sinfónica Nacional Española. Con una producción artística versátil, Granell realizó un recorrido pictórico por varias tendencias hasta encuadrarse de forma definitiva en el surrealismo, que él mismo calificó como “una forma de entender la vida, con precedentes en la Historia y que André Breton institucionalizó en 1924 con el Manifiesto Surrealista”. Al que conoció en 1940.
En 1943 realizó su primera exposición en la Galería Nacional de Bellas Artes en Santo Domingo.
Después de vivir en Francia, en la República Dominicana, en Guatemala, en Puerto Rico y en Los Ángeles, se trasladó a Nueva York en 1957. Allí expuso regularmente en la Galería Bodley y participó en importantes exposiciones colectivas como la del MoMA de 1962. Esa fue la época de su consagración mundial con exposiciones en París, Milán, Buenos Aires, Bélgica, Holanda y Chicago, entre otros. En Nueva York se doctoró en sociología y antropología por la New School for Social Resarch de Nueva York, y desde 1960 fue catedrático de Literatura Española en el Brooklyn College hasta que se jubiló en 1985.
En 1969 instaló su estudio en Olmeda de las Fuentes en donde se traslado junto a su mujer tras su jubilación.
Fue profesor en varias universidades americanas y colaboró en múltiples revistas como escritor e ilustrador tanto en América como en Europa.
El surrealismo fue para Granell su “religión personal”, así como su “actitud vital”, ya que este movimiento define la “realidad propia y profunda de cómo uno ve las cosas sin limitaciones ni barreras lógicas”, según manifestó en alguna ocasión el propio pintor. En este movimiento el consideraba el humor como algo fundamental, ya que es una “válvula de escape de la angustia que el ser humano sufre a veces”
Los expertos aseguran que la pintura de Granell es un reino de incertidumbre, de las hibridaciones, de los encuentros y de las metamorfosis.
La obra pictórica de este coruñés “ciudadano del mundo”, está repleta de elementos simbólicos y alquímicos, muy coloristas, como los espejos o las piedras filosofales ocultas bajo otros nombres supuestos. En su última etapa se puede observar una falta de perspectiva y por consiguiente el allanamiento del conjunto pictórico. Además de un mayor uso del color negro, tanto como línea de contorno generadora de formas como un color autónomo más.
El 25 de octubre de 2001 falleció en Madrid. Su cuerpo descansa en el cementerio de Olmeda.
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